sábado, 18 de julio de 2015

Cudillero

Hola, hola amores!
Siento mucho el abandono del blog estas semanas pero no he parado, encima, donde he estado, no había internet así que se ha complicado todo un poco.


Bueno, mi verano se divide en varias de vacaciones, para la primera, he ido a Cudillero, un pueblecito pesquero de Asturias que es precioso. Y, aunque el pueblo no tienen playa, está rodeado de ellas:

La más famosa es la Playa del Silencio, situada a unos 16 kms de Cudillero, es perfecta para los que odien la arena ya que está formada por cantos rodados. Se encuentra debajo de un acantilado y para bajar a ella hay que caminar por un sendero, no muy largo, y bajar unas escaleras. Si el mar está en calma, es un remanso de paz.
Playa del Silencio con la marea alta.
Para poder ir con Troncho, que el pobre también tiene derecho a darse un chapuzón, fuimos a la Playa de Oleiros, una playa sin ley, ni equipo de salvamento, ni nada, frecuentada por nudistas y formada, también, con cantos rodados. Antes había que descolgarse por una cuerda para poder bajar, pero el año pasado un temporal arrasó con todo y, al arreglar el acceso, le añadieron unas escaleras. Esta playa es desconocida completamente, no aparece en ningún cartel, que nosotros hayamos visto al menos. Para acceder a ella tienes que dejar el coche en un área recreativa y meterte por un bosque de pinos hasta que al final del camino te topas con ella. Son unos 20/30 minutos andando, pero valen la pena. Es larguísima, cuando fuimos solo había 6 personas más, así que tuvimos toda la playa para nosotros.


Puerto de Cudillero



El resto de días fuimos a playas más normales y transitadas, como las de Muros del Nalón. Y cuando no estábamos en la playa, nos dedicábamos a pescar la cena, comer zamburiñas en algún restaurante del pueblo o cazar luciérnagas, mi gran descubrimiento, no las había visto nunca y me quedé alucinada cuando vi lo brillantes que eran.


También visitamos Somao, un pueblo lleno de casa de indianos, cuyos vecinos se habían ido todos al mismo pueblo de Cuba y habían logrado triunfar, volviendo con los bolsillos llenos y ganas de darle color al pueblo.

Otro día fuimos a una casa/refugio de aves, en la que sus dueños acogen a aves de todo tipo y nacionalidad que no pueden valerse por si mismos en la naturaleza y les dan una segunda oportunidad. La verdad, aunque no soy muy amante de los pájaros, verlos encerrados me deprimió bastante, sé que no sobrevivirían en libertad, pero eso no quita que me guste verlos en jaulas.



Pescando en el espigón
Mis looks fueron, básicamente, shorts y bikinis combinados con diferentes camisas y camisetas.
Fui de vacaciones, ilusa de mi, solo con una cazadora vaquera, así que tuve que asaltar el armario de mi chico y robarle jerseys porque, en cuanto se ponía el sol, empezaba a refrescar. 
El primer día de pesca me quemé como una tonta, así que la crema protectora y un borsalino blanco y azul fueron mis complementos favoritos, no me separé de ellos en todo el periodo. 
Apenas me maquillaba, un poco de rimel waterproof y un pintalabios "mágico" que absorbe la humedad del ambiente para pintar en rosa. 
Y hasta aquí mis vacaciones en Cudillero. Pronto haré una entrada de moda, espero, porque mañana vuelvo a marchar a Valladolid. Espero que os haya gustado.


Hasta pronto amores!
Re.

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